La conjuntivitis, cuyo síntoma más característico es que el ojo está rojo, es una patología que consiste en la inflamación de la membrana que cubre la parte blanca del ojo y el interior del párpado (conjuntiva), debida a diferentes causas.

Síntomas

El síntoma más característico es el enrojecimiento de la parte blanca del ojo, lo que se conoce como ojo rojo. Además, destacan el lagrimeo constante y la secreción ocular, que puede ser clara (como si fuera agua) o espesa con mucosidad o pus, que hace que los párpados se peguen el uno al otro.

A veces la conjuntivitis puede provocar sensibilidad a la luz y, en algunos casos, visión borrosa. El dolor es poco frecuente, aunque en ocasiones los niños más mayores manifiestan quemazón o picor, así como sensación de cuerpo extraño en el ojo.

Duración

La duración de la enfermedad puede variar. Las infecciones virales generalmente mejoran en 8-10 días, mientras que las producidas por bacterias al tratarlas con antibióticos se curan en 3-5 días.

Tratamiento

La conjuntivitis irritativa se cura de forma espontánea y suele desaparecer por si sola sin tratamiento. En estos casos, basta con lavar el ojo con frecuencia mediante la aplicación de compresas o gasas con agua tibia o con suero fisiológico para aliviar los síntomas.

Además, puede ser necesario aplicar analgésicos para calmar las molestias .

Si la conjuntivitis es de origen bacteriano, habrá que aplicar un colirio o pomada antibiótica.

Antes de comenzar el tratamiento local con gotas o pomada, hay que limpiar la mucosidad o el pus de los párpados con una gasa mojada en agua tibia y lavar los ojos con suero. A continuación, hay que separar suavemente el párpado inferior hacia abajo para aplicar las gotas (o un poco de pomada) en el espacio que se forma entre el párpado y el ojo. 

Las gotas deben administrarse cada 2 o 3 horas mientras, al menos durante los dos primeros días de tratamiento. La pomada se administra 3 veces al día. El tratamiento debe durar unos 5 o 7 días.

Aunque un solo ojo parezca infectado, es preferible tratar los dos ojos.

Si los síntomas persisten y resultan muy molestos, lo mejor será consultar con el pediatra para que pueda indicar el mejor tratamiento a seguir.

Prevención

La conjuntivitis infecciosa es contagiosa, y es mucho más frecuente en verano.

El niño se puede contagiar al tocar algo que ha tocado una persona infectada, o a través de toses y estornudos.

Para poder prevenirla, hay varias recomendaciones, sobre todo durante el verano:

  • Mantener la higiene personal: lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón, separar las toallas del afectado del resto de la familia y cambiarlas a diario.
  • Proteger los ojos con gafas. Es importante que las gafas sean homologadas para que tengan una calidad mínima que permita proteger de los rayos solares. Durante el baño también es recomendable el uso de gafas para evitar la entrada de agua no tratada o clorada en los ojos.
  • No usar lentillas durante el baño. Dificulta que el ojo pueda estar protegido frente a la acción de irritantes.

Debe consultar a su pediatra si el enrojecimiento, hinchazón o dolorimiento se extiende alrededor del ojo y del párpado, si aparece dolor intenso en el ojo, visión borrosa constante, cambios en la visión o sensibilidad a la luz.

 

Fuentes: enfamilia.aeped.es / Sociedad Valenciana de Pediatría

 

 

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