Las disquecia del lactante o falso estreñimiento es un malestar causado por la inmadurez del sistema excretor. Se presenta durante los primeros días o semanas del nacimiento, tanto en prematuros como en bebés nacidos a término. Aunque esto no representa ningún riesgo para la salud de los pequeños, es una molestia para los niños que la sufren.
El falso estreñimiento es la falta de coordinación en todos los músculos que se activan a la hora de la defecación. Es decir, cuando el bebé tiene el intestino lleno, siente la necesidad de hacer caca, pero no sabe cómo relajar el esfínter anal para favorecer la salida de las heces (el bebé cierra el esfínter anal en vez de abrirlo para que sus heces salgan del cuerpo)
El esfínter está cerrado de forma natural para evitar escapes involuntarios. Aprender a relajarlo a la hora de defecar es algo que hacemos de forma natural, pero hay bebés que tardan un poco más y deben aprender a coordinar la necesidad de hacer caca con la apertura del ano.
La disquecia del lactante suele ir acompañada de episodios de llanto que duran entre 10 y 20 minutos antes de hacer una deposición blanda o, en ocasiones, normal.
Hay bebés que aprenden a coordinar su cuerpo de forma muy rápida y tardan solo 2 días en hacer la caca correctamente. Sin embargo, hay otros que pueden necesitar más tiempo y tardan unos dos o tres meses. Eso sí, todos los bebés acaban aprendiendo el proceso de forma totalmente natural.
Es muy importante dejar que el cuerpo del bebé aprenda a realizar este proceso solo, sin estimulación anal. Si le ayudamos, evitamos el aprendizaje de los músculos del pequeño y será contraproducente de cara al futuro.
Cuando un bebé no consigue realizar el proceso de defecación correctamente, se suele relacionar directamente con el estreñimiento, pero hay algunas diferencias que te ayudarán a identificar si tu bebé realmente está estreñido o tiene disquecia del lactante.
Por un lado, el estreñimiento supone la dificultad para expulsar heces, ya que estas se han vuelto secas y duras. En cambio, la disquecia como ya hemos dicho se produce porque la inmadurez del cuerpo del bebé provoca una descoordinación entre lo que el bebé siente que necesita hacer y lo que realmente hace. De hecho, en este caso, las heces no son duras, sino que suelen ser líquidas, puesto que hablamos de lactantes alimentados exclusivamente de leche materna o de fórmula.
Podéis saber si vuestro hijo sufre de disquecia con estas dos señales:
1. El bebé se coloca en posición para defecar y realiza todos los movimientos que indican que está listo para hacerlo. Al cabo de unos minutos, el bebé se pone rojo y llora desconsoladamente porque no logra su propósito. Si abres el pañal en ese momento, observarás que el ano del bebé estará completamente cerrado.
2. Cuando el bebé logra hacer sus deposiciones, te llamará la atención que son muy blandas y casi líquidas, un signo que se confunde muchas veces con diarrea.
Es importante tener en cuenta que la disquecia del lactante no requiere ningún tratamiento, ya que se soluciona en cuanto el sistema excretor del bebé madura.
Pero hay algunos consejos que te ayudarán a aliviarle un poco:
Si detectas que está intentado hacer caca y no lo consigue, flexiona suavemente sus piernas sobre su tripita. De esta manera, las heces presionarán el esfínter anal y podrán salir.
Dale masajes en el abdomen haciendo círculos en el sentido de las agujas del reloj.
Ten paciencia durante los episodios de llanto y ten la total tranquilidad de que tu bebé no sufre ninguna patología.
No hace falta hacer cambios nutricionales específicos ni ningún tratamiento para el estreñimiento. Recuerda que tu bebé no está estreñido, está aprendiendo a coordinar su sistema excretor.
No estimules su ano con la punta de un termómetro o con una ramita de perejil. A la larga, puede ser contraproducente, ya que el ano se podría acostumbrar a responder ante estímulos externos en lugar de hacerlo frente a los internos.
Como hemos dicho, tu bebé está en un proceso de aprendizaje que puede durar unas semanas.
FUENTES:
– Asociación Española de Pediatría.
– Club familias
– Pediatria Integral