¿Qué es la fiebre?
Se considera fiebre cuando la temperatura en la axila es superior a los 37,5º C o bien 38º si se toma en el recto.
La fiebre es una reacción normal del cuerpo, generalmente provocada por una infección causada por virus o bacterias. No es una enfermedad, es un síntoma. Debe entenderse como una respuesta del cuerpo para combatir la infección y activar las defensas del organismo. La fiebre activa nuestro sistema inmunitario para fabricar glóbulos blancos y anticuerpos que lucharán contra la infección.
Los virus y las bacterias crecen a temperaturas más bien bajas, en torno a 37ºC. Cuando nuestro organismo detecta un agente extraño, lo primero que hace, es elevar la temperatura para eliminar al gérmen.
Si nosotros insistentemente descendemos la temperatura con ibuprofeno, con paracetamol, con baños y con todo lo que está a nuestro alcance, lo que conseguimos es favorecer la multiplicación de los gérmenes porque les damos la temperatura perfecta para ello.
¿Qué puedo hacer para detectarla?
Además de la sensación de temperatura elevada al tocar al niño, hay algunos signos que pueden ayudarnos a detectar la fiebre, como son el enrojecimiento de las mejillas, cierto brillo en los ojos, una inactividad inusual, sensación de frío y escalofríos, taquicardia y aumento de la frecuencia de la respiración. Lo primero que debe hacer es comprobarlo con un termómetro.
¿Cómo se trata?
- Lo primero es permitir que el cuerpo pierda el calor sobrante desabrigando al niño.
- El baño con agua templada también es eficaz para bajar la temperatura corporal. Nunca agua fría. Lo ideal es que el niño permanezca tranquilo unos minutos “a remojo” o ponerle compresas mojadas en agua templada en frente, axilas, ingles y tobillos. Nunca compresas con alcohol.
- Si la temperatura es elevada o el niño está incómodo, puede administrarle antitérmicos para bajarla. Los más empleados son el paracetamol y el ibuprofeno, según la dosis que aconseje su Pediatra. Los medicamentos antitérmicos sólo bajan la temperatura corporal cuando ésta se encuentra elevada (alrededor de un grado), al cabo de una hora de su administración. No es conveniente usar rutinariamente dos antitérmicos de forma simultánea o alternativa. Si el niño está contento, juega y no parece afectado, serán innecesarios los medicamentos antitérmicos aunque tenga fiebre, ya que tratándola no le curamos nada, pues sólo intentamos conseguir que se encuentre menos molesto. No se aconseja el uso de ácido acetilsalicílico (Aspirina®) para el tratamiento de la fiebre en niños pequeños.
- Es recomendable ofrecerle líquidos con frecuencia, para recuperar las pérdidas por el exceso de temperatura y prevenir así la deshidratación.
¿Y si vomita el antitérmico?
Si han pasado menos de 15 minutos se puede volver a dár, si ha pasado más tiempo no es necesario.
La temperatura no bajara inmediatamente. No pasa nada, el antitérmico hará su función, pero no es inmediato. Además, hay que recordar que el organismo seguirá luchando por mantener una temperatura alta para combatir la infección. Muchas veces sólo baja medio grado; si con ese medio grado el niño ya se encuentra mejor, es suficiente. Recordad: tratamos el malestar del niño.
¿Qué riesgos o complicaciones tiene la fiebre?
Las complicaciones, cuando se presentan no son debidas a la fiebre, son debidas a la enfermedad que origina la fiebre. Lo único que puede provocar la fiebre prolongada, sobre todo en lactantes, es la deshidratación: ofrecer agua con frecuencia. La fiebre por sí sola no produce daño neurológico ni de ningún otro tipo.
¿Y las convulsiones?
La fiebre en sí NO produce convulsiones. Las convulsiones febriles se presentan en un pequeño número de niños que tiene predisposición a padecerlas, sobre todo el primer día de fiebre y cuando esta sube con rapidez. En este caso se debe acudir al centro médico más cercano.
¿Cuándo debo consultar al pediatra?
Hay padres que vienen a la consulta en la primera hora de fiebre cuando en la mayoría de los casos aún la enfermedad no ha dado la cara y otros, sin embargo, pecan de prudentes y esperan en sus casas más tiempo del recomendable.
Teniendo de antemano muy en cuenta que estas recomendaciones son una generalización y por lo tanto no pueden sustituir a la valoración individual de cada caso, le aconsejamos que consulte a su pediatra si:
- La fiebre dura más de 24-48 horas en niños menores de 2 años.
- La fiebre dura más de 3 días en niños mayores de 3 años
- La temperatura alcanza los 40º.
- El niño está muy irritable o adormilado y rechaza la alimentación.
- El niño tiene mal aspecto general o dificultad para respirar.
- Si aparecen manchas en la piel. Si son de color rojo vino que al estirar la piel con los dedos no desaparecen. Se llaman petequias y es motivo de acudir a Urgencias.
- Si el niño tiene menos de 3 meses de edad, en cualquier caso, deber ser valorado por un profesional sanitario a la mayor brevedad.
- Si aparece rigidez de nuca o dificultad/dolor para flexionar el cuello (Pedidle a vuestro hijo que se mire el ombligo). Cuando tiene fiebre a veces tiene una falsa rigidez de nuca, pero si ha bajado la fiebre y el niño es incapaz de mirarse el ombligo, ojo, a urgencias.
- Si presenta convulsiones.
Fuentes: Familia y salud AEPap/ Lucia, mi pediatra